Durante las fiestas navideñas, se nos hace muy difícil evitar los excesos y seguir una alimentación saludable. Y es que en estas fechas abunda la comida y bebida, con alimentos que suelen ser ricos en grasas, azúcares y alcohol. Por ello es esencial, en los días posteriores a la navidad, equilibrar la balanza y depurar nuestro organismo volviendo a nuestra rutina alimentaria.
Los días posteriores a navidades son una de las fechas donde más motivación y razones hay de empezar a hacer una dieta para bajar los kilos de más cogidos durante las fiestas, o incluso simplemente como propósito para el nuevo año.
Este propósito suele venir acompañado de empezar a hacer ejercicio. Pero la mayoría de estos propósitos empiezan con mucha fuerza pero la motivación desaparece a los pocos días. Y es que es importante fijar un objetivo para que la motivación nunca decaiga.
Así que lo más recomendable es introducir un poco de ejercicio y empezar haciendo pequeños cambios diarios en nuestra alimentación, que sirva como dieta depurativa de estas fechas.
Una dieta depurativa no solo consiste en depurarse evitando los sólidos y alimentándonos a base de líquidos. Consiste en consumir alimentos saludables que nos ayuden a limpiar y eliminar los excesos de nuestro organismo, al mismo tiempo que nos nutran y alimenten.
Esos excesos hacen que nuestro organismo se resienta gracias a lo desequilibrada que llega a ser la dieta en esta época del año. El dolor de estómago, la acidez, la sensación de pesadez y coger algún kilo de más, es lo más común en estas fechas. Por ello, es necesaria una dieta depurativa. ¿No sabes cómo seguirla?
Consumir frutas y verduras en abundancia, a poder ser consumir crudas para mantener más cantidad de nutrientes, fibra y agua que las verduras cocinadas. Aunque también se pueden consumir cocidas al vapor que es una de las opciones más saludables.
La hidratación forma una parte esencial de una dieta depurativa, es importante consumir grandes cantidades de agua y líquidos sin azúcares añadidos. Tenemos que evitar los refrescos y las bebidas alcohólicas, y es aconsejable consumir entre dos y tres litros diarios. Y es que es la mejor forma de ayudar al organismo a diluir las toxinas para poder eliminarlas.
Consumir lácteos desnatados, sobretodo yogur, leche y quesos frescos con bajo contenido en grasas. Los cereales integrales también nos aportan fibra y nutrientes, y nos ayudan a saciar el gusanillo y a limpiar nuestros intestinos.
Si eres de esas personas que les cuesta recortar en las comidas, las carnes sin grasas y bajas en colesterol cocinadas a la plancha son las perfectas para hacértelo más llevadero sin apenas darte cuenta. Entre ellas las pechugas de pollo y pavo, y los pescados blancos son los más recomendables.
Evitar la retención de líquidos reduciendo el consumo de sal y de comidas precocinadas. Para no privarnos de alimentos sabrosos podemos condimentar con especias y hierbas que incrementan y acentúan el sabor de los alimentos.
Fuente
https://www.grupolucas.com